domingo, 21 de marzo de 2010

Maltratadas bajo sospecha

La violencia machista no entiende de clases sociales ni poder económico. Es una trampa sentimental en la que caen mujeres de todos los ámbitos. También las profesionales cualificadas -médicas, profesoras, abogadas- que sufren una doble incomprensión.
los expertos, sin cifras en la mano, sitúan el porcentaje de mujeres con estudios universitarios entre el 5% y el 10% del total de denuncias por violencia machista (142.125 sólo en 2008), y alertan de que los casos van a más. Las mujeres maltratadas que triunfan en lo profesional se topan, en ocasiones, con jueces y fiscales con mucha prevención ante el relato del infierno que viven en casa. Les resulta chocante que hayan podido consentir abusos y malos tratos con el prestigio que atesoran.

Los casos de discriminación afloran cada cierto tiempo porque los prejuicios están muy arraigados. Hace dos años un juez de Valladolid pretendió archivar una denuncia al estimar "sorprendente" que una mujer con alto nivel de formación y capacidad fuera capaz de soportar durante años "esos supuestos desprecios y humillaciones sin poner remedio a esa situación".

¿Hasta qué punto están extendidas esas ideas preconcebidas que perjudican a ciertas víctimas? En un solo proceso, una mujer puede lidiar con tres jueces, dos fiscales y varios oficiales que pueden influir en la credibilidad otorgada a su testimonio. A veces resulta complejo que nadie se vea influido por la imagen social de la víctima de bajos recursos, y la mujer con poder económico contradice ciertos códigos. Además, es más habitual la violencia psicológica que la física, con la dificultad añadida que esto acarrea.

Aún se identifica maltrato con personas sin formación y con las lesiones. Pero también influye el problema de la prueba: cómo probar el maltrato psicológico pese a los estudios de psicólogos es otra clave;queda mucho camino que recorrer para atajar este problema.

sábado, 20 de marzo de 2010

Una de cada cuatro mujeres dice que ha sido maltratada

Una de cada cuatro mujeres reconoce haber sufrido maltrato -físico o psicológico- por su pareja alguna vez en España. Esto se desprende del estudio Variabilidad geográfica de la violencia contra las mujeres en España, que ha sido elaborado por seis grupos de investigación. En Ceuta y Melilla la cifra se dispara hasta el 40%. En Baleares alcanza el 32%, mientras que en Cantabria se reduce al 18%. En el resto de comunidades los datos se sitúan en torno a un 25%.

El tipo de maltrato más frecuente es el psicológico en todas las comunidades, a excepción de la de Madrid, donde ambos son similares. Cantabria es, junto a Aragón, la comunidad que presenta una frecuencia más baja de violencia. Sin embargo, el número de veces que fueron agredidas las mujeres en Cantabria es mayor. Más de un 35% de las mujeres encuestadas reconoció que fue maltratada "muchas veces" en esta comunidad autónoma.La cifra, significativamente más alta que la que refleja el Instituto de la Mujer, se ha obtenido tras encuestar a 11.475 mujeres, de 18 a 70 años, que cumplimentaron un cuestionario confidencial tras acudir a consultas de Atención Primaria por cualquier motivo durante 2006 y 2007. Más de 600 profesionales de medio millar de centros españoles han participado en esta iniciativa.

El hecho de que el cuestionario no se realizara a través del teléfono (la forma en que lo lleva a cabo el Instituto de la Mujer) puede explicar la diferencia de puntos (más de 10). En este trabajo se entregaba en mano el cuestionario en un sobre cerrado. Una vez cumplimentado, la mujer lo devolvía.

El trabajo, publicado recientemente en la revista Gaceta Sanitaria, establece la edad media de comienzo de la violencia por un compañero íntimo a los 25 años, y la duración en unos siete años. En Castilla-La Mancha se prolonga hasta los 13, mientras que en Navarra y Murcia es de cuatro. En esta última comunidad autónoma es donde el maltrato comienza antes, a los 22 años. Y en Castilla y León empieza a los 30.

El estudio está elaborado por la Escuela Andaluza de Salud Pública, el Centro de Investigación Biomédica en Red de Epidemiología y Salud Pública de Barcelona, las universidades de Alicante y Valencia y el Centro Superior de Investigación de Salud Pública de Valencia. El estudio también refleja que el 15,2% de las mujeres ha sufrido violencia fuera de la pareja. El agresor suele ser un familiar varón.

Las comunidades en las que más mujeres reconocen ser víctimas de violencia de género muestran también mayores tasas de denuncias. Con todo, esta correspondencia no es similar entre las mujeres que reconocen haber sufrido maltrato y la mortalidad por este motivo.

viernes, 19 de marzo de 2010

Expulsando machistas

Pedro Almodóvar, Emma Thopmson, Miguel Bosé, Santiago Ramos,Blanca Romero y un puñado más de artistas, actores, periodistas o cantantes sancionan a los maltratadores de género cual árbitros vestidos de calle.

Con la cara y la tarjeta en la mano de los señores colegiados cuando expulsan futbolistas violentos, este manojo de gentes de la cultura hace de avanzadilla de una campaña del Ministerio de Igualdad contra los agresores machistas, esos que mataron a casi 70 mujeres el año pasado y que socavan la libertad de otras miles en la violencia diaria y sorda. La campaña cuenta que ser hombre no es menospreciar a la mujer: "Total, para lo que te pagan", dice uno de los actores. "No haces más que maleducarlos", suelta otro. "¡Cállate, que no tienes ni idea!", grita el de más allá. Y luego, en reflexión, otro hombre dice a la cámara: "¿Tú crees que eso es ser hombre? Yo no".

Así acontecen los spots que se asomarán próximamene a las televisiones, unos cuantos anuncios con personajes distintos, pero mensajes similares. La otra parte de la campaña se acerca mucho a la piel de esta sociedad: cuatro hombres cercanos a un maltratador por familiaridad, amistad o vecindad que nunca pensaron que "él iba a llegar a tanto". Hablan actores que hacen de hermanos o vecinos de un tipo que gritaba a su mujer, que la ridiculizaba en público. Cuatro hombres que no la creyeron del todo cuando se les quejó, que no creyeron creer que la iba a matar, que normalizaron una situación anormal que es demasiado normal. "El tratamiento que la campaña hace de la gente cercana a un maltratador es muy interesante. Muchas personas pueden verse reflejadas y muchas víctimas se verán acompañadas por ese mensaje", decía una de las psicólogas de un centro de apoyo integral a mujeres maltratadas que ha asistido a la presentación de la campaña en el Círculo de Bellas Artes.

Antes de los spots con aplauso en la grada, la ministra Bibiana Aído ha dicho que es "hora de reaccionar". En un discurso dirigido a acabar con la complicidad de quienes miran para otro lado, Aído ha sostenido que ninguna ley será eficaz si la ciudadanía no planta cara al maltratador. "La lucha contra la violencia de género es de personas decentes", afirmó. Será cuestión de acabar con la costumbre de ver, oír y callar. O como ha bautizado el actor Santiago Ramos, "las culturas e inculturas que oprimen a la mujer".

La campaña tiene vocación de masa. Los famosos suenan sólo a primer paso, porque cada persona que quiera podrá sumarse a la campaña acogiendo el símbolo de la tarjeta roja al maltratador y haciéndolo suyo. Podrá hacerlo en sacatarjetaroja.es, donde existe la posibilidad de descargar una tarjeta, hacerse una foto con ella y subirla a la web.